despouy
Profundo dolor me produce ver lo que está sucediendo en la actual AGN. La presidencia del Organismo, a partir de la Reforma Constitucional de 1994 está reservada a la fuerza política de oposición con más legisladores en el Congreso. Con la última bocanada de poder que mantenía dentro del Partido Justicialista, una fracción de esa fuerza, postuló a quien hoy detenta la presidencia.
Con tristeza, y a una velocidad vertiginosa, vemos como día a día se deteriora un prestigio institucional que se construyó con años de esfuerzo de muchos profesionales y de prestigiosos conductores.
Aquel Organismo que funcionaba como un faro que la justicia requería para poner a la luz oscuros manejos de los dineros públicos, que demostró que la corrupción en el manejo de los subsidios ferroviarios llevó a la muerte a cientos de argentinos, que era convocado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación para controlar la ejecución presupuestaria de las tareas de saneamiento del Riachuelo, que no hubo Juez Federal que no le recabara algún informe técnico sobre las cuestiones que investigaba y que en muchos casos sirvió de fundamento a sentencias ejemplares, aquel organismo hoy se ha transformado de tal forma que un Juez ordenó un allanamiento a sus instalaciones para hacerse de una documentación. Eso demuestra que la justicia no confió en que el resultado pudiera ser el mismo si remitía un oficio requiriendo esa misma documentación.
Algunos legisladores Nacionales presentaron fundadas oposiciones al nombramiento impulsado, incluso lo siguen intentando judicialmente. Tres bloques parlamentarios que se oponen a que los Auditores Generales que representan a esos bloques, legitimen a la presidencia en las reuniones del Colegio de Auditores. Reuniones a las que tampoco concurren otros Auditores Generales que representan a los bloques del Partido Justicialista.
Tal vez adquiera algún sentido recordar que el Colegio de Auditores Generales en su anterior composición, entre los cuales hay tres que aún se encuentran en ejercicio de su mandato, impulsaron en 2014 una denuncia penal ante las importantes irregularidades observadas en un informe de auditoría sobre la ex ONCCA, que en un período de tiempo del examinado estaba conducida por quien ahora está al frente de la AGN. ¿Cómo pueden sentirse hoy compartiendo el ámbito con quien ayer denunciaron?
No es cuestión de tergiversar el principio de inocencia. Las responsabilidades penales las amerita la justicia y todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Pero la Presidencia de un Organismo encargado de analizar las cuentas públicas debe reservarse a personas con una envergadura que merezca conducir a cientos de profesionales que día a día ponen su conocimiento y dedicación para hacer más transparente la gestión del Estado.
Formar parte del plantel de la AGN tiene que volver a hacerme sentir orgulloso.
Ricardo Mario Sánchez.