El presidente de la Fundación Ricardo Rojas, Juan Manuel Casella, convocó a que el radicalismo vuelva a las ideas, no solamente a las aspiraciones personales.
“Lo primero que debe hacer el radicalismo es pensar, volver a las ideas, no solamente hacia las aspiraciones personales y el radicalismo pasó de ser un partido político a convertirse en una agencia electoral”, dijo en diálogo con radio Chubut.
El reportaje completo:
Pregunta: sobre la fragmentación del radicalismo:
Si efectivamente, como usted dice, el radicalismo y también el resto del sistema político argentino manifiestan una tendencia a la dispersión, al individualismo egoísta, una actitud de ruptura de las relaciones internas que realmente se vuelve enfermizo y le quita eficiencia, le quita utilidad para la sociedad porque frente a cualquier gobierno -no solamente frente a éste con el que yo no estoy de acuerdo-hace falta una alternativa.
La democracia funciona cuando la gente puede optar y por lo tanto un sistema político que no genera alternativas no tiene utilidad, que es lo que está pasando en la Argentina.
Con relación al radicalismo debo decir que me parece que está en una situación grave, de difícil pronóstico para el futuro porque pareciera que no existe la dirigencia útil para afrontar una crisis de esta profundidad.
Nosotros debemos tener en cuenta que los partidos políticos funcionan en base a personalidades, a individuos que los conducen y a la organización interna y hoy en el radicalismo parece no existir una personalidad de categoría superior que nos permite salir de esta situación crítica; es una desgracia porque el radicalismo ocupa un espacio central en el escenario político Argentina desde hace más de cien años y perder ese instrumento es un retroceso. Por otro lado, el espacio que ocupa el partido ha sido tradicionalmente el del sector progresista y el progresismo hoy no tiene representación clara la Argentina.
El problema consiste en la inexistencia de una organización política que ofrezca alternativas, que ofrezca un camino distinto del que está haciendo el Gobierno. Acá no se trata solamente de criticar y controlar, que es una función básica del sistema democrático; se trata además de ofrecer un camino distinto que le permite a la gente elegir y si los partidos no ofrecen ese camino distinto, no tienen utilidad
El radicalismo corre el riesgo de perder utilidad si sigue en esta situación crítica. Ojo que todo esto lo digo como un profundo dolor; yo tengo una pertenencia absoluta con la Unión Cívica Radical, toda mi vida he militado en el radicalismo; soy hijo de un dirigente radical, de manera que soy la segunda generación de compromiso con el radicalismo. Usted se imagina la sensación de tristeza que genera una situación como esta.
El problema consiste en la pérdida de representatividad social; el radicalismo retrocedió en términos de representatividad social; el mismo partido que en 1983 fue la solución para la democracia argentina porque generó una propuesta humana tan valiosa como la de (Raúl) Alfonsín y a partir del Juicio a las Juntas generó un nivel de legitimidad democrática muy alto.
Hoy ha perdido representatividad, está medio en el en el desván de las cosas olvidadas; la gente no piensa en términos de radicalismo y el corrimiento hacia la derecha del escenario político argentino es -me parece a mí- muy perjudicial por la falta de equilibrio porque genera un sistema político fuertemente desequilibrado, mucho de derechas y nada del progresismo.
Pregunta sobre (Martín) Lousteau:
Lousteau es un hombre que con cuyo discurso yo generalmente coincido, que lo veo funcionando bien como senador nacional pero que nunca se hizo cargo en serio de la Presidencia del partido. Por lo tanto, Lousteau es un síntoma de la decadencia institucional del radicalismo. No le echemos la culpa a Lousteau que es un hombre recién llegado a la política; echémosle la culpa a todo un proceso que nos llevó a descapitalizarnos desde el punto de vista político, básicamente por el crecimiento de una actitud pragmática en la dirigencia política que no es solamente radical; es en general una actitud pragmática que tiende a buscar el éxito electoral como objetivo cuando en realidad un partido político representativo socialmente gana elecciones no por competir electoralmente sino por ofrecer alternativa, por decirle a la gente cuál es el camino que debemos seguir.
Si nosotros no encontramos una manera de definir un camino y el lenguaje útil para transmitirlo, efectivamente dejaremos de ser útiles.
Pero ojo que este no es un problema del radicalismo solamente; si usted observa el PRO está desapareciendo; el justicialismo tiene fracturas internas inmensas y el propio gobierno; hoy la tapa de los diarios está señalando la crisis del Gobierno, crisis que era inimaginable. En realidad, (Javier) Milei no tiene una trayectoria política sólida como para generar confianza en términos de estabilidad, en la acción política. Y por lo tanto ahora estás poniéndole evidencia la carencia de esos elementos básicos.
Pregunta sobre los audios de (Diego) Spagnuolo
Hay juicios en trámite, hay datos. La tapa de hoy el diario de La Nación es dramática cuando dice que esta sociedad intermediaria en la venta de medicamentos (Suizo Argentina) hasta el año 2023 tenía contrato con el Estado nacional por 3800 millones de pesos; hoy entre el 2024 y 2025 pasó a tener contratos por cien mil millones de pesos; me parece que un crecimiento de esa naturaleza 2.675% no se basa solamente en la eficiencia operativa de la empresa.
Pregunta: ¿Como sale de esta, cómo Milei acomoda el rancho?
No solamente como Milei acomoda el rancho; como la Argentina sale de una deformación de esa naturaleza porque Milei es lo actual pero Cristina (Fernández) está presa que era lo anterior, dos presidentes de la República.
Pregunta: ¿Y la alternativa?
Ahí está el efecto. ¿dónde está? ¿dónde recurrimos? ¿qué buscamos? Tengo una larga trayectoria política por razones de edad, por hacer de militancia; tengo más de 50 años haciendo política. Creo que es el momento más poco determinable con relación de futuro para la Argentina porque cuando vinieron gobiernos militares -el último fue trágico-, había una situación clara: alguien ejercía la dictadura y el resto resistía, a blanco, negro, punto. Hoy no sabemos por dónde ir y eso es un problema del sistema político; por eso el sistema político pierde representatividad porque en definitiva la gente dice: éstos van hacen política para vivir mejor, para llenarse de plata, para sacar ventaja. La política entendida sanamente consiste en una vocación destinada a organizar la convivencia. Por eso hay política en cualquier organización donde hay más de dos personas, en un club de fútbol, en una sociedad de fomento; siempre hay política, es decir organización de la convivencia, pero hay que tener ideas no solamente ambiciones. Hoy la política está llena de ambiciones y carente de ideas.
Lo que necesitamos es recuperar la convicción de que el bien común es un objetivo; de esto salimos entre todos; no es nuevo lo que estoy diciendo. Una nación es tal en la medida en que sus integrantes sienten que tienen un destino compartible y la Argentina no está no está en esa situación: hoy el 40% de los argentinos vive en la pobreza; hoy el 40% de los argentinos trabajan en negro, no tienen el trabajo registrado; hoy los jubilados perdieron el 50% de sus ingresos; hoy el 50% de los jubilados son pobres; hoy el 70% de los niños argentinos viven en la pobreza, eso no es el bien común.
Lo primero que debe hacer el radicalismo es pensar, volver a las ideas, no solamente hacia las aspiraciones personales y el radicalismo pasó de ser un partido político a convertirse en una agencia electoral, es un drama.
No me gusta dar nombres propios, sin afán de agredir: el señor (Rodrigo) De Loredo, presidente de uno de los bloques en que está dividida la representación radical en el Congreso, ha sido durante todo este periodo un colaboracionista del gobierno, activo y solidario, a tal punto de solidaridad que en un momento derramó alguna lágrima porque el presidente de la República había perdido una votación en el Congreso. Hoy como siente que no le dieron el cargo que él aspiraba se ha vuelto en contra, está votando en contra del Gobierno; yo coincido hoy con los votos De Loredo, pero me parece que la trayectoria es realmente expresión de una crisis de confiabilidad. ¿Cómo se puede confiar en dirigente así? estoy hablando de un correligionario, de un correligionario de buen nivel; es presidente de un bloque por lo tanto me lo digo con lástima con relación a mi pertenencia partidaria, pero no puedo negarle existencia de esos hechos,
Recuperar el radicalismo:
Primero, pensemos, recuperemos ideas; debatamos; acostumbrémonos a respetar el principio de la mayoría y de minoría con solidaridad, no para romper cuando perdemos. La política es una vocación destinada a mejorar la convivencia, no a mejorar la situación económica de sus protagonistas.
Pregunta sobre sobre (Facundo) Manes:
Manes es un hombre cuya inteligencia es notoria, inteligencia aplicada a un aspecto de la ciencia. Manes es un neurólogo distinguido; tiene vocación de participar en política; llega en la mitad de su vida; llega con poca experiencia, con muy escasa formación en ese plano: una amplia formación científica con una escasa experiencia en términos políticos. Por lo tanto, sus actitudes son propias de una personalidad muy formada en lo individual y con mucha confianza en su propia capacidad; me parece que a Manes le falta integrarse a la que podamos dominar un proyecto colectivo; es individualista por su formación y por su experiencia anterior; no es un político; es alguien que viene a la política con mucha voluntad, seguramente con el afán de colaborar pero que no tiene la experiencia necesaria para saber cómo funciona la política.
Pregunta sobre la alianza de gobernadores: Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Carlos Sadir (Jujuy).
Me parece positivo, es la búsqueda de una coincidencia; cuando cinco tipos de distintos partidos políticos se ponen de acuerdo hay que celebrarlo, en este proceso de dispersión. Ojalá que tenga suerte.
La Argentina va a tener un futuro importante, Argentina tiene potencialidad, capacidad de creación de riqueza, tiene capacidad para alimentar doscientos millones de habitantes no a 45; por lo tanto, las condiciones objetivas están dadas hace falta encontrar el momento político justo como lo encontró (Raúl) Alfonsín en el 83; Alfonsín recuperó la democracia. La Argentina vive en democracia hace 42 años. Esperemos que encontremos el método. La gente coincidió con Alfonsín, coincidió en una propuesta política. Tenemos que encontrar la coincidencia en una propuesta económica social que nos permita crecer y distribuir el ingreso con justicia. Si juntamos a la democracia con una capacidad de crecimiento y distribución justa seguramente Argentina tendrán futuro y a eso tienen que apuntar los jóvenes que son los que tienen más tiempo comprometido.
Uno de los problemas de la política argentina es que falta una generación; los chicos los chicos que votaron a Milei tienen 30 o 40; falta la del medio que ha perdido protagonismo, que ha perdido vigencia, de hecho, ha perdido vigencia. Falta la generación a la que pertenecía Alfonsín en el 83 y estos muchachos (Torres, Pullaro) son gente joven, gente que tiene 30 años de vida política por delante. Sobre eso se puede construir.
P: ¿Cómo los ve Milei?
Milei mira con reojo todo lo que no sea el mismo; Milei es un hombre que se ha autodefinido como de ultraderecha; la ultraderecha es una concepción claramente antidemocrática Milei no quiere gente que piensa independientemente. Por su formación y por su acción política cree solamente en en la utilización del poder a partir de su propio criterio. Milei no es un demócrata, es un riesgo para la democracia.
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