Estimados colegas radicales: No me gusta la autorreferencialidad. Me molesta cuando un expositor habla de sí mismo y mucho más cuando se pone de ejemplo. Por eso, pido disculpas, porque voy a hablar de algunas cosas que hice en el pasado inmediato, pero no lo hago para ponerme de ejemplo, sino solo para tomar un punto de partida destinado a fundamentar una opinión.
En dos oportunidades, sostuve que De Loredo no podía seguir siendo presidente del bloque de diputados de la UCR. En ambos casos,dije porque. Hoy, el artículo de Jacquelin en «La Nación» exhibe con claridad, con datos concretos y hasta con cierta melancolía, a que extremos de claudicación De Loredo pone al bloque que sigue presidiendo.
Por supuesto, a partir de un absoluto individualismo articulado en función de candidaturas futuras, sin ningún escrúpulo y como dice Jacquelin, desconociendo de manera total, la identidad del radicalismo.
Me desconcierta la falta de reacción institucional: Lousteau, cuyos discursos como senador generalmente comparto, es el responsable de un Comité Nacional sin opinión, sin respuestas frente a los agravios que vienen de afuera y de adentro.
ASI NO PODEMOS SEGUIR, porque damos lástima. Frente a lo que esta pasando, en un radical el silencio , la falta de indignación, tambien es traición.

Diciembre 2024

Juan Manuel Casella