El presidente de la Fundación Ricardo Rojas, Juan Manuel Casella, en una entrevista a radio Kermes de La Pampa, afirmo que el radicalismo “debe ubicarse en el espacio de la oposición” y subrayó: “esto lo debo dejar perfectamente en claro: así como (Javier) Milei tiene legitimidad para gobernar porque fue elegido en unas elecciones transparentes, la oposición también tiene la misma legitimidad para cumplir su función de control del gobierno y de propuesta alternativa para que haya otro espacio para que la gente decida”
“Por lo tanto creo que la función del radicalismo consiste en ejercer la oposición, no poniendo palos en la rueda, pero si controlando que se ejerza dentro de la ley con total honestidad y además ofreciendo alternativas para las políticas económicas y sociales que está ofreciendo el gobierno. Me parece que esa es una función totalmente irrenunciable porque eso es lo que voto el pueblo también”.
Sobre los seis diputados -cuatro que votaron a favor del veto del Ejecutivo y dos que se ausentaron del recinto favoreciendo el levantamiento del veto a la mejora salarial para los jubilados, Casella fue categórico: “por supuesto es un acto de inconducta, que debe ser sancionado, no porque votaron diferente del bloque; muchas veces se produce que en alguna cuestión particular hay diputados que no votan con el bloque al que pertenecen. Acá la sanción debe venir por el cambio del voto; dos meses antes esos legisladores habían sido entusiastas votantes del proyecto de reforma jubilatoria que le daba el aumento a los jubilados. Dos meses después, sin que nada cambiara, el proyecto original fue tratado por las comisiones correspondientes; fue al plenario, fue al Senado, es decir recibió todo el tratamiento parlamentario por lo cual las consecuencias presupuestarias de ese proyecto eran conocidas; dos meses después estos legisladores terminaron modificando su voto pasando a apoyar el veto del presidencial. Y, además, en una actitud de sumisión que no solamente es criticable, sino que además ni siquiera tiene elegancia, terminaron en el despacho presidencial celebrando ese episodio con el presidente (Javier) Milei”.
“Creo que todo esto es una desgracia; en primer lugar, para los jubilados, que perdieron un aumento muy reducido; era nada más como se dice el equivalente de tres kilos de carne picada por mes. En segundo lugar, para el radicalismo y en tercer lugar para el propio presidente de la República que aparece públicamente pirateando legisladores ajenos. Me parece que todo este procedimiento ha sido un error y que también termina desprestigiando la política y determinando que la gente pierda credibilidad”.
Casella visitó La Pampa, se reunió con dirigentes de la UCR provincial y ofreció una charla en el comité local y luego, en diálogo con radio Kermes, sostuvo: “nosotros -los radicales- tenemos claras diferencias con el gobierno nacional, fundamentalmente en su política económica y social, pero no únicamente en eso. La diferencia consiste en que la única política que aplica el gobierno en el plano económico social es un ajuste que produce efectos muy negativos en importantes sectores sociales”.
“Le imputamos al gobierno nacional -agregó- el hecho de que no ha puesto en marcha una política de crecimiento. Los problemas estructurales de la Argentina como son el trabajo en negro, o la caída salarial, la caída de las jubilaciones, solamente se solucionan con crecimiento; no hay otra manera de solucionarlo. Y por lo tanto si no hay un plan de crecimiento, una política de ingresos; es muy difícil salir de esta situación”
Además, agregó: “Nos preocupa cual va a ser el perfil de la sociedad futura que resulte de este ajuste permanente y ahí esta la disidencia fundamental: pero también tenemos diferencias con relación al mensaje que transmite el gobierno, al lenguaje del presidente que es un lenguaje entre agresivo, despectivo e irrespetuoso”.
“Por lo tanto, yo no tengo ninguna duda: el radicalismo debe ubicarse en el espacio de la oposición. Y esto lo debo dejar perfectamente en claro”.
Y en cuanto a la división de los dirigentes Casella explicó que “en la política argentina en general hay una superestructura dirigencial que se ha vuelto muy pragmática, que siempre está buscando alguna manera de llegar al gobierno, con cualquier gobierno, y eso es muy malo porque así la política va perdiendo prestigio, y va perdiendo identidad. Eso es una de las causas que llevaron a la Argentina a votar por Milei, justamente el desprestigio de la política”.
“Me parece que afirmar la identidad partidaria, subrayar el perfil de cada partido, es lo que la sociedad argentina está necesitando”.
Luego Casella reseñó que el radicalismo “sufrió un impacto muy fuerte en el 2001 con la caída de De la Rúa; en ese momento explotó la convertibilidad y el precio político de la explosión la pagó el radicalismo como era lógico porque estaba en el gobierno; aunque integraba una coalición, el impacto fundamental en la opinión pública se produjo con relación al radicalismo porque De la Rúa era radical. Y eso determinó que el radicalismo a partir de ese momento viviera una crisis de representatividad social a tal punto que en la siguiente elección el candidato radical sacó poco mas del 2% de los votos”.
“En ese proceso -agregó Casella- hay dos caminos: o se hace un trabajo lento, sostenido y coherente de recuperar representatividad, o se busca la diagonal que permite volver al poder por cualquier camino”.
“Cuando el radicalismo decidió asociarse al PRO en Gualeguaychú (marzo 2015) optó por esta segunda propuesta, la de la diagonal hacia el poder cualquiera fuera el camino. Y eso determinó un nuevo fracaso, porque en realidad Juntos por el Cambio que había nacido para impedir la continuidad del kirchnerismo terminó devolviéndole el poder al kirchnerismo, lo cual representa un fracaso político de gran dimensión”.
“Por lo tanto, lo que creo que debe hacer el radicalismo es afirmar concretamente su poder político, que está basado en la libertad, en la igualdad y en la distribución del ingreso con justicia y equidad. Y a partir de este trípode avanzar hacia recuperar la confianza de la gente”, completó
Y advirtió: “Eso requiere una tarea constante, coherente y olvidarse de las candidaturas para pensar en la representatividad social fundamentalmente.
La unión con el PRO fue un error porque era poco coherente desde el punto de vista del pensamiento. El PRO es un partido creado de arriba para abajo, fundamentalmente por sectores vinculados con las empresas; en algún momento se dijo que el 60% de los dirigentes del PRO eran ejecutivos de empresa, y por lo tanto con una visión de la economía que está basada en la renta y con el éxito económico”.
“Nosotros tenemos un partido que históricamente ha trabajado para que el éxito en la economía consiste en el crecimiento del país con distribución justa del ingreso, es decir una mejora para toda la sociedad, no una rentabilidad para el sector empresario.
Esa incompatibilidad se combatió con un procedimiento muy simple: el radicalismo dejó de tener influencia en el gobierno; por eso desde el 2015 al 2019 durante la presidencia de (Mauricio) Macri fue caratulado como el furgón de cola del PRO. Y eso contribuyó a que perdiera representatividad social. Ese proceso fue un error que no debe repetir”.
Casella elogio al radicalismo pampeano al afirmar: “el radicalismo pampeano es competitivo, siempre lo ha sido; gobierna un número importante de municipios; tiene dirigentes nacionales importantes, por ejemplo, Francisco Torroba, con el que tengo una relación personal muy cercana; ha sido intendente de la ciudad de Santa Rosa, ha sido candidato a gobernador, es decir un hombre con trayectoria. El radicalismo tiene en Las Pampa un buen vínculo con la sociedad; eso hay que mantenerlo y profundizarlo”, concluyó.