La Declaración completa de Santa Fe, luego de la reunión de correligionarios autoconvocados, expresa:

En nuestra condición de correligionarios autoconvocados en la ciudad de Santa Fe, Cuna de la Constitución Nacional, con la finalidad de deliberar sobre la actual situación social, económica y política, hacemos nuestra la presente declaración:

EL GOBIERNO La Argentina en que vivimos, muestra rasgos que sorprenden y alarman: por primera vez desde 1912 una candidato a presidente de la Nación se define asimismo de ultraderecha, impulsa una propuesta que va desde el conservadurismo a la reacción. Es cierto: Tiene legitimidad de origen, ha ganado las elecciones y cuenta con un nivel de apoyo de relativa solidez; sin embargo, nos ha sometido a un duro ajuste fiscal de claras consecuencias negativas en la calidad de vida. El radicalismo tiene la obligación de indagar las razones y advertir de las consecuencias de esta situación inédita, asumiendo la responsabilidad de repotenciar los contenidos de una propuesta progresista que asegure la libertad, impulse el crecimiento y promueva el mayor nivel de igualdad en el bienestar material.

UNA OPOSICIÓN INOPERANTE Y DISPERSA. En el campo político, Milei ocupa un espacio casi único, exclusivo y dominante porque frente a él, la única alternativa que se presenta es el “Kirchnerismo” en su pretensión de convertirse en la fuerza con mayor capacidad competitiva en el plano electoral, habiendo perdido toda visibilidad la Unión Cívica Radical. Las expresiones vinculadas al peronismo padecen un alto nivel de rechazo consolidado e inconmovible; han sido origen y consecuencia del surgimiento electoral de Milei y hoy, contando con un bloque con mayoría parlamentaria, han convalidado en los hechos la falta de tratamiento del DNU 70/2023 para su rechazo. El PRO, por su parte, sufre un proceso de absorción intenso y despiadado, prisionero de las notorias coincidencias con el oficialismo en materia de política económica y en su visión de la sociedad. Nuestro partido otrora orgulloso de su disciplina partidaria; en fidelidad permanente al programa que trazaba su convención nacional observa con preocupación la anarquía ideológica fomentada por la acción de los tránsfugas que colaboran con la erosión de principios republicanos que cimentaron nuestro partido, adhiriendo a iniciativas parlamentarias de centro derecha, confundiendo a nuestro electorado, adoptando posiciones irreconciliables con nuestros históricos principios. No lo debemos permitir.

Somos la UNIÓN CÍVICA RADICAL: atravesamos tres siglos (XIX,XX y XXI); estuvimos con Leandro N. Alem en 1890; con la revolución de 1905; fuimos gobierno con Irigoyen (1916/1922 y 1928/1930; fomentamos el comercio internacional con Alvear (1922/1928); nos despojaron del poder en 1930 y 1966; combatimos las dictaduras de 1966/1973 y 1976/1983; recuperamos el Estado de derecho y la democracia, hoy vigente, en 1983; declaramos insanablemente nula la ley de autoamnistía; integramos la CONADEP; impulsamos el juicio a las Juntas Militares; la ley de divorcio, de patria potestad compartida… Estamos convencido que debemos volver a ser alternativa en la actual coyuntura política.

EL RIESGO DEL AUTORITARISMO Y DE LA RUPTURA DEL ORDEN INSTITUCIONAL La Libertad Avanza desprecia la democracia a la que identifica con la decadencia argentina; Milei acentúa su vocación autoritaria y su falta de respeto por los límites legales a partir de la evaluación vanidosa con que pondera su propia capacidad. Su rechazo al Estado es, en realidad, rechazo a las fronteras que la Constitución le fija a su poder. Una política económica que se basa a un ajuste fiscal a través de la contracción del gasto y la suba de los impuestos solo puede llevar a un círculo vicioso de caída de la demanda local, caída de la recaudación que termina generando la necesidad de ajustar otra vez por tiempo indeterminado. Solamente en el primer semestre del 2024 incrementó la pobreza en once puntos. Lo están pagando los jubilados, la clase media y los asalariados, especialmente los no registrados. Con una política antiinflacionaria que se apoya en un peso sobrevaluado que favorece el “carry trade” , nos convierte en un país caro en dólares, y que en consecuencia queda vulnerable a una ola importadora que ya empezó a destruir lo poco que queda del mercado local, y que hace imposible la exportación de bienes con valor agregado. Como la macroeconomía se basa en un ajuste perpetuo, el gobierno tiene que salir desesperadamente a conseguir financiamiento para cerrar el plano fiscal y el déficit de cuenta corriente. De allí la búsqueda de nuevo endeudamiento, la aprobación del RIGI y el apuro por privatizar. La apuesta productiva se apoya en el desarrollo de una economía extractiva –Vaca Muerta, gran minería, litio- sin perfil industrialista. La perspectiva de un alto nivel de exportación de hidrocarburos en los próximos años va a dejar al país atrapado en el Síndrome de la llamada “enfermedad holandesa”, es decir un dólar bajo permanente, sin producción local, alto desempleo, salarios de miseria, exclusión masiva de personas. Este futuro solo se puede sostener con un modelo autoritario y represivo. La falta de financiación para el sistema educativo y científico (Universidades, Conicet, Instituto Balseiro) condiciona las posibilidades de desarrollo futuro, en un mundo que depende cada vez más del conocimiento. injusta, La sociedad que se intenta con el modelo económico propuesto, será desigual, desequilibrada, fracturada y potencialmente violenta, menos democrática y menos transparente, particularmente favorable a los bancos y a la especulación financiera. Un equilibrio fiscal alcanzado de esta manera solo puede ser efímero e inestable.

UNA POLÍTICA INTERNACIONAL A CONTRAMANO El alineamiento acrítico con Estados Unidos y con Israel, la identificación con Trump, Bolsonaro y la derecha europea y el rechazo irracional y anticientífico del cambio climático, coloca a la Argentina en los márgenes del sistema de relaciones internacionales. En la reciente reunión del G20 realizada en Rio de Janeiro el pasado 19 de noviembre, el presidente firmó la declaración final de los Jefe de Estado, aprobada por unanimidad. Sin embargo, Milei se declaró disociado de la “Agenda 2030” aprobada por la ONU, se opuso al proyecto de impuesto a las grandes fortunas impulsado por el presidente Lula y dejó en claro que no coincide con varios de los puntos de la declaración conjunta. Para Milei, la firma de esa declaración fue una formalidad oportunista; su propósito, de fondo, fue ratificar su intención de convertirse en vocero público y notorio de las posiciones de ultraderecha que incluyen la defensa de los intereses de las grandes fortunas a partir de la consolidación de una potente alianza internacional reaccionaria que integren Trump, Bolsonaro, Orban, Meloni, VOX en España, de la que él pretende ser figura central y visible.

UN RADICALISMO IMPOTENTE En las condiciones actuales, la UCR carece de visibilidad; no somos alternativa electoral. Según las encuestas y la percepción en la calle, alcanza un bajo nivel de representatividad social. La mayoría de los gobernadores radicales se han movilizado al margen del partido, vaciando de poder al Comité Nacional y al partido como institución, a pesar de los esfuerzos realizados desde la mesa del Comité Nacional y su Presidencia que se han pronunciado contundentemente en contra del DNU 70/2023; de la ley de Bases; del DNU 846; las ley de financiamiento y la norma con la fórmula de ajuste de los HABERES PREVISIONALES. En todos los casos el bloque de diputados actuó en contra de lo estipulado por las autoridades partidarias, en la mayoría de los casos por instrucción de los gobernadores. Se carece de una estrategia nacional que nos indique cuál es el espacio que tiene y debe que ocupar la UNIÓN CÍVICA RADICAL. Frente a la sociedad, nos mostramos dispersos, silenciosos e incoherentes y quizá, por eso, resulta tan fácil traicionar a nuestro partido sus principios y consiguientemente, perdonar la traición. Hace mucho tiempo que se ha dejado de funcionar orgánicamente. Las consecuencias están a la vista:

1) No existe debate de ideas;

2) No se emiten opiniones que tengan influencia en la agenda pública;

3) No se respeta el juego de mayorías y minorías en la formación de listas, ahora solo vale la lapicera;

4) La democracia interna se ha convertido en una ficción;

5) No hay alternancia en el poder;

6) El partido se ha convertido en una empresa electoral con muchos candidatos que hablan de “vocación mayoritaria”, solo para buscar cargos en cualquier lista;

7) No promueve ni impulsa nuevos y grandes dirigentes. Envejecida en su retórica, la UNIÓN CÍVICA RADICAL sin modernizar sus métodos de comunicación, no convoca a los jóvenes ni capitaliza el enorme aporte de Franja Morada y la Organización de Trabajadores Radicales (OTR). Quienes nos representan parecen haber perdido la capacidad de indignarse frente al reiterado insulto presidencial. Actúan como si la misión del radicalismo estuviese cumplida. Como si la epopeya de Raúl Alfonsín hubiese agotado sus energías, reemplazándola por el cálculo individualista, puramente especulativo y carente de convicciones. Los gobernadores radicales no pueden contar con la protección de un partido nacional ni con una estrategia compartida que los ayude a contener las presiones de un Poder Ejecutivo que pretende utilizarlos para alcanzar sus objetivos parlamentarios, les quita recursos y los colma de promesas incumplidas. Al final del camino terminan librados a sus propias fuerzas, con un lenguaje políticamente incoloro y limitado su accionar al plano parroquial, contribuyendo de esta manera al proceso de disgregación nacional. Alguno de ellos, inclusive, exageran su pragmatismo: fueron transversal con Néstor, priorizaron Juntos por el Cambio con Macri y ahora apoyan el ajuste mileista.

El grupo de dirigentes que los medios califican como colaboracionistas, pretende disimularlo con la excusa de la gobernabilidad o el riesgo de la vecindad con el kirchnerismo. Nosotros sabemos, que tienen coincidencias ideológicas y oportunismo electoral, frente a un oficialismo que presumen ganador y ofrece potenciales candidaturas. Otros se infiltran en los medios de comunicación con una enorme capacidad distorsiva que confunde y decepciona a nuestros militantes favoreciendo la polarización de un oficialismo que quiere convertir a Cristina Kirchner en su único competidor.

EL RADICALISMO QUE HACE FALTA El radicalismo afronta una grave crisis que debemos superar; de lo contrario, avanzamos hacia la pérdida de identidad y la intrascendencia es el paso previo a la extinción. Aún conservamos nuestra historia; el sistema de valores y la extensión territorial que constituyen herramientas útiles para construir la plataforma sobre la que apoyar su renacimiento. Todavía hay muchos argentinos que nos sentimos radicales; que no nos identificamos con gobiernos de ultraderecha y tampoco con un kirchnerismo que se ha transformado en modelo de populismo clientelar que necesita la pobreza como voto cautivo. El poder económico se adueñó del poder político; existe un proceso de concentración capitalista que Occidente protagonizó desde mediados de los años setenta del siglo pasado, cuyos beneficiarios impulsan propuestas maximalistas de derecha destinadas a erosionar la democracia. El cuarenta y tres por ciento de los argentinos nacieron después del 30 de octubre de 1983. No han vivenciado la dictadura y tampoco el proceso alfonsinista que terminó con la tutela militar y consolidó el sistema democrático durante los últimos cuarenta años. Sin embargo, observamos a sectores del poder que a la par que distorsionan nuestra historia, intentan reivindicar la participación de las Fuerzas Armadas, se han empecinado en destruir el Estado desde adentro, reemplazando la competencia del Congreso para sancionar leyes por la arbitrariedad del decreto. Que el libre mercado tiende a la concentración de la riqueza y que se torna imprescindible la realización de políticas públicas de salud, educación y seguridad para todos, así como la participación del ESTADO en la formación de capital y administración de las rentas de los recursos naturales y tecnológicos para compensar esa concentración. El espacio está vacante. La necesidad existe. El radicalismo debe recuperar su identidad en término de valores, renovarla en término de ideas y capacidad de comunicación y potenciarla a partir de volver a creer en su vigencia. El ejercicio de la oposición, el control del poder es parte esencial del modelo institucional democrático.

La UCR debe ejercer la oposición con convicción, con toda la energía que haga falta, sin afectar al sistema institucional ni alterar su continuidad. Pero además, debe proponer otros caminos, para que las mujeres y los hombres del pueblo tengan alternativas más justas e integradoras y puedan optar por alguna de ellas. Todo esto servirá si no permitimos la traición ni olvidamos a los traidores.

PROPUESTAS: Los fundamentos programáticos de la libertad y la igualdad • El radicalismo garantiza la plena vigencia de la Constitución Nacional y del sistema republicano representativo federal diseñado como esquema básico del orden institucional argentino. La democracia y los derechos humanos constituyen el fundamento de la unión nacional. El Estado de Derecho, la división de poderes, la libertad de prensa y opinión y las decisiones de una Justicia independiente e idónea, apoyadas exclusivamente en los principios de legalidad y equidad, funcionan como insumos imprescindibles para la convivencia pacífica.

• El concepto de República no se agota en los aspectos jurídico-institucionales, sino que exige la aplicación de políticas de crecimiento y distribución del ingreso que promueven el mayor nivel de igualdad y la más alta calidad de vida material para todos, único camino para terminar con la pobreza injusta e inmoral, que pone en evidencia el fracaso de la política y por su sola presencia, debilita la democracia.

• Es preciso concebir y consensuar políticas de estado aprobadas por el Congreso Nacional, instrumentos esenciales destinados a solucionar los problemas estructurales que afectan a nuestra sociedad, preservando los equilibrios macroeconómicos básicos y promoviendo la productividad y competitividad de la economía.

. Las políticas públicas serán planificadas y ejecutadas por el Estado reformado, modernizado y tecnificado que alcance niveles de transparencia y eficiencia operativa y sea capaz de solucionar los conflictos intersectoriales, provea servicios de calidad con alcance universal, proteja el medio ambiente y formule esquemas demográficos y territoriales que prevengan y corrijan el proceso espontáneo de urbanización anárquica.

• El trabajo registrado y bien remunerado. Un sistema impositivo simplificado que especifique el concepto de ganancia y defina la imposición al patrimonio como base de la tributación. La enseñanza pública de excelencia, gratuita en los tres niveles y vinculada con la investigación y la producción. El servicio de salud pública, también gratuito y de alcance universal que debe igualar la calidad de atención en todo el sistema y priorizar la prevención. El tipo de cambio de equilibrio, el crédito para la producción, la inversión pública en infraestructura pesada e intermedia, asi como la inversión privada desmonopolizada y el mercado competitivo sin privilegios sectoriales, deben funcionar como proveedores de empleo e impulsores de un modelo exportador sustentable.

• En el campo social, debe asegurarse la integración de todos los argentinos, garantizando la movilidad social ascendente, con prioridad a los niños y los adultos mayores. En especial, asegurar la sustentabilidad financiera de un sistema previsional cuya dimensión presupuestaria lo convierte en la mayor carga fiscal y condiciona la calidad de vida del grupo humano que por razones de edad, afronta el mayor riesgo de desprotección. La regularización del trabajo informal es un camino que necesariamente deberá transitarse para alcanzar el equilibrio financiero del sistema previsional y su capacidad de cobertura integral.

• La seguridad de las personas y los bienes públicos y privados, será responsabilidad de una organización policial eficiente, con personal instruido, entrenado y bien equipado, de una Justicia Penal rápida, ecuánime y sin complicidades y de un sistema penitenciario que supere el hacinamiento y evite actuar como ámbito de formación delictual. El combate al narcotráfico y sus conexiones en el aparato político, judicial, policial y bancario, constituirán un objetivo central de la política de seguridad.

• En el ámbito internacional, debemos ratificar nuestra pertenencia al grupo de sociedades abiertas, democráticas e igualitarias, priorizar la solidaridad con los países latinoamericanos, fortalecer y ampliar el Mercosur, evitar los dogmatismos ideológicos, defender de manera inclaudicable los legítimos intereses nacionales, preservar la paz a partir del derecho y ratificar el carácter sagrado de las personas y los pueblos, que no deben ser objeto de subordinación, explotación o dominio. Para que las propuestas de esta naturaleza se conviertan en realidad concreta, la democracia argentina debe contar con un sistema de partidos sólido y representativo. Pero como a los partidos los dirigen las personas, también debe contar con una dirigencia política que actúe por vocación y convicción, no por interés personal. Que desprecie y sancione a quienes se enriquecen a costa del Estado. Que condene las actitudes corporativas, el nepotismo y las tendencias a la oligarquización. Que sepa que la política es naturalmente competitiva, pero coloque el bien público por encima de la competencia y evite que la competencia misma afecte la unidad nacional. Que acepte cierto grado de pragmatismo, porque las puras abstracciones no alcanzan, pero que lea y estudie para que las soluciones prácticas se apoyan en ideas claras y bien fundadas. Que tenga conducta para alcanzar representatividad y respeto social. Que siempre diga la verdad. A lo largo de su historia, el radicalismo contó con dirigentes así. Por eso, penetró en el alma popular, incluso en la de aquellos que nunca lo votaron. Si queremos ser leales con nuestra historia, debemos revalorizar ese tipo de dirigentes. Es imperioso, en la actual etapa histórica que atravesamos, que los radicales levantemos nuestras históricas banderas en defensa de la república, la democracia representativa y el federalismo. RADICALES AUTOCONVOCADOS Santa Fe, 30 de noviembre de 2024.