El presidente de la Fundación Ricardo Rojas, Juan Manuel Casella, dialogó con una periodista de la radio Latitud Sur, de Mar del Plata. La transcripción de la entrevista:

Pregunta:

P: ¿Hacia dónde va la Argentina, doctor Casella?

R: Bueno, primero, ¿dónde está la Argentina? La Argentina tiene una situación política relativamente consolidada en términos de funcionamiento del sistema democrático.

Eso es el efecto de la legitimidad democrática generada por Alfonsín cuando decidió sancionar a quienes habían violado los derechos humanos. A partir de ahí se terminó lo que yo llamo el periodo de la tutela militar en la Argentina.

Desde el 30 hasta el 83, las Fuerzas Armadas actuaron como si fueran interventores de la política argentina tutelando las decisiones del pueblo. Ese periodo ha concluido. Hace 40 años que vivimos en democracia.

Pero hay un plano en el que los problemas se siguen agravando, que es el plano social.

La democracia no es sólo política, la democracia no es sólo institucional. La democracia también debe tener una vertiente social que sirva para sostener el sistema.

Y ese sostenimiento debe partir del hecho de que los habitantes de una nación que vive en democracia deben tener acceso a un mínimo de calidad de vida material, por lo menos. Y en la Argentina eso no está asegurado. Primero, porque estamos sufriendo un proceso inflacionario durísimo desde hace muchos años.

En segundo lugar, porque el nivel de pobreza, entre otras cosas debido a la inflación, llegó hasta lo que hoy es el 53% de la población.

Hay una cantidad enorme de trabajadores no registrados. El trabajo en negro en la Argentina es el segundo gran problema social de este país. La mayor parte de los pobres surge del grupo de trabajadores en negro o no registrados. ¿Por qué?:

Primero, porque cobran un salario menor, un 20% aproximadamente menos.

En segundo lugar, porque no tienen acceso a la obra social, no tienen acceso a la protección sindical, no tienen acceso al sistema jubilatorio. Y esta última carencia es tremenda, porque se perjudican ellos mismos y se perjudica el sistema por perder un grupo de trabajadores que lo financia.

De manera que hay un nivel de desigualdad que es totalmente contradictorio con la idea de una democracia definitivamente consolidada.

P: ¿Se ha perdido la representación genuina de los representantes del pueblo?

R: Yo diría que la política en general, no solamente el radicalismo, la política en general ha perdido representatividad social. El presidente Milei, quien hoy administra el poder público, es el resultado de ese proceso. Milei es consecuencia de que la política argentina, la institucional, fue ineficiente para resolver los problemas de la sociedad. Milei nació del retroceso de las fuerzas políticas y mi partido, la Unión Cívica Radical, también está incluido en ese retroceso. El radicalismo claramente ha perdido la representatividad social.

Tal vez eso se define en el 2001 con la crisis, la caída de De la Rúa. Pero lo cierto es que desde el 2001 hasta ahora, el radicalismo no ha logrado recuperar representatividad social. Se asoció con el PRO en una sociedad desigual y contradictoria; contradictoria porque no pensaba por lo mismo que el PRO, fundamentalmente en términos económicos sociales. Y fuimos el furgón de cola;  el radicalismo no participaba en las decisiones del gobierno. Y por lo tanto era un socio silencioso que ni siquiera mostró capacidad de rebelión en ese momento.

Todo eso se acumuló para ir determinando que mucha gente se olvidara de la Unión Cívica Radical como posibilidad de representar a la opinión pública. Y ahí estamos en este momento. Hay un proceso de dispersión en la política tradicional que habilitó en su momento, y todavía está justificando la presencia de Milei en el Gobierno.

Ahora, cuando vemos lo que está haciendo Milei vemos que la política de Milei es ajuste, ajuste… El centro de la política de Milei es reducir el déficit del sector público y para eso ajusta. Es decir, elimina gasto público, elimina transferencia de las provincias, elimina inversiones en la educación, elimina totalmente la obra pública y el resultado final de eso es más diferencias, más desigualdad, más exclusión.

P: ¿A dónde va la Argentina por este camino?

R: por este camino no salimos, por este camino, con la aplicación de esta política no salimos. Esta política es adecuada para normalizar la situación del Estado desde el punto de vista fiscal. La única salida que tiene la economía argentina para devolverle calidad de vida a la sociedad es crecer.

La Argentina económica no crece desde el 2011 y, por lo tanto, cualquier programa de ajuste tiene que ser compatible con una política de crecimiento económico que determine que en algún momento se termine el ajuste y empieza el crecimiento.

Y eso no existe en la política económica actual. Por lo tanto, si seguimos así, vamos a tener un país peor del que teníamos.

P: ¿Quién está gobernando hoy en la Argentina?

R:  Gobierna un grupo de personas que se ha identificado con lo que yo denomino fundamentalismo de mercado, encabezadas por el presidente de la República, que es el mayor promotor de este planteo. El presidente de la República sostiene que hay que liberar la fuerza del mercado, para liberar la fuerza del mercado hay que lograr que el Estado, desde el punto de vista fiscal, también se normalice, es decir, que no haya exceso de gasto público, que no haya emisión de dinero en exceso, que de esa manera se combate la inflación. Pero el mercado puede ser admitido como un mecanismo útil para producir bienes. Por eso China, que tiene un partido Comunista dominando el poder desde antes de la Segunda Guerra Mundial, por eso Vietnam, que son países de régimen comunista, han adoptado el mercado para producir bienes.

Pero el mercado solo no alcanza, porque si lo dejamos al mercado con su propia dinámica, tiende a la concentración hacia los ricos más ricos y a los pobres más pobres.

Por lo tanto, el mercado tiene que estar acompañado de políticas públicas que tiendan a redistribuir el ingreso. Y acá en Argentina hoy no hay política de crecimiento y no hay política de ingresos. Por lo tanto, no se está cumpliendo la segunda parte del plan.

P: Esto me hace pensar, y perdóname la reflexión, pero creo que cada vez que su partido, la Unión Cívica Radical, que de alguna manera fue la columna vertebral institucional de la República, cuando va perdiendo su esencia, sus características, se aleja de sus principios y deja de sostener la institucionalidad.

R:  Yo veo lo siguiente: el radicalismo ha sufrido una transformación cultural peligrosa. El radicalismo se ha convertido en un partido individualista y pragmático. Hay un grupo importante de dirigentes radicales que considera que el partido debe funcionar como una agencia electoral más que como un partido político.

¿Qué diferencia hay entre una agencia electoral y un partido político?

El partido político compite electoralmente, es el mecanismo para llegar al poder, pero esa competencia se debe apoyar con contenido programático y ético determinado. El partido debe primero pensar para qué quiere el poder y después competir electoralmente para llegar al poder.

Me parece que un sector de la dirigencia radical se acostumbró a pensar en términos electorales exclusivamente y ha perdido de vista la necesidad de contar con un programa, con una propuesta, con una visión política global que les permita saber a la gente para qué quiere llegar al poder. Por eso esa tendencia a coaliciones indiscriminada. La coalición con el PRO fue una coalición indiscriminada. No se pensó en términos de ideas, se pensó en términos de cálculo electoral. Macri en ese momento estaba de moda y podía ganar y fuimos atrás de Macri, pero no pensamos para qué íbamos atrás de Macri. Macri fracasó y el radicalismo quedó como el furgón de cola de un fracaso, con dos sectores claramente diferentes dentro del radicalismo.

Hay un oficialismo partidario, que representa con mucha claridad Rodrigo de Loredo, presidente del bloque de diputados nacionales, que tiene una actitud entre comillas comprensiva con relación a Milei, comprensión que se asienta en el hecho de que ganó las elecciones con el 56% en la segunda vuelta. Es un cálculo típicamente electoral. Milei ganó, muchos radicales votaron a Milei y por lo tanto tenemos que acompañarlo a Miley, por lo menos en el comienzo.

Esto implica que el radicalismo deja de cumplir su función central que es la de partido opositor. Cuando la gente votó a Milei colocó al radicalismo en la oposición porque el radicalismo perdió y por lo tanto el radicalismo debe ejercer el papel opositor.

Esto no significa de ninguna manera que apostemos al fracaso o que pongamos palos en la rueda. Un político inteligente nunca apuesta al fracaso porque el fracaso lo paga el pueblo, no lo paga el funcionario que fracasa, lo paga el pueblo y por lo tanto el político inteligente y coherente debe pensar en hacer propuestas mejores que las del gobierno, debe superar al gobierno para arriba, no para abajo y por lo tanto el radicalismo que tiene ahora es un grupo de técnicos, que los tiene en sus filas, que están a disposición, pensando cómo impulsar el crecimiento económico de la Argentina en estas circunstancias y cómo distribuimos ese crecimiento con justicia para sacar a la gente de la pobreza.

Si el radicalismo no tiene respuesta para eso ya no sirve para nada. Su función histórica habrá sido la de consolidar la democracia con el gobierno de Alfonsín, pero a partir de la consolidación de democracia no tendrá respuesta para los problemas sociales que son los que hoy vive la Argentina.

En cuanto a Lousteau, usted mencionó específicamente Lousteau, es un hombre que llegó al partido hace poco tiempo. Tiene una trayectoria política, digamos, sinuosa. Eso no lo digo en términos de crítica, lo digo como descripción. Me parece bien que haya decidido incorporarse al radicalismo cuando el radicalismo no era gobierno, cuando el radicalismo estaba fuera del gobierno. Por lo tanto, es una actitud elogiable incorporarse al partido cuando el partido está derrotado.

La segunda característica que veo en Lousteau es que llega la presidencia del partido muy rápidamente. Es un hombre inteligente, es un hombre joven, es un hombre bien formado desde el punto de vista técnico, incluso tiene cierto nivel de atracción, de carisma.

El voto en contra del DNI 70/23 en el Senado me parece que estuvo bien por una razón que el enunció en el discurso: el DNI 70 es claramente inconstitucional. No hay por dónde aprobarlo desde el punto de vista de su inconstitucionalidad. Por lo tanto, el voto del senador Lousteau fue bueno en ese momento.

Pero ahora está frente a una situación que debe definir su figura. El gobierno ha propuesto al juez Lijo como integrante de la Corte Suprema de Justicia y la opinión predominante, absolutamente dominante en el ámbito profesional, en el ámbito de los abogados, absolutamente predominante y en segundo lugar también dominante en el resto de la sociedad argentina es que Lijo no reúne las condiciones técnicas y las condiciones de confiabilidad ética que lo pueden llevar a la Corte Suprema.

Lousteau va a tener que votar a favor o en contra de Lijo. Y ese voto a mi criterio va a definir su futuro. Por supuesto yo creo que Lijo es in votable.

P: ¿Por qué cree usted que el presidente Milei hace esa propuesta?

R:  Milei no conoce. Yo creo que Milei debe saber de economía. Yo no estoy en condiciones de juzgar a un economista. No tengo conocimiento yo como para juzgar a un economista. Pero digo, supongamos que Milei sabe de economía. No sabe de otras cosas. No ha leído más allá de la economía. No conoce cómo funciona el Estado. No conoce cómo funcionan las instituciones del Estado. Su trabajo, los trabajos suyos y de sus acólitos en el Congreso lo está demostrando. Pasaron cinco meses sin que pudiera aprobar una ley. Este dictamen de la semana pasada todavía no es una ley. Es media ley porque falta el tratamiento en el Senado.

No hay ningún gobierno en la historia que haya pasado cinco meses sin lograr una ley en el Congreso. Porque no sabe manejarse; porque no tiene conocimiento de la práctica política.

En tercer lugar, Milei maneja conceptos dogmáticos que lo llevan a la agresión al que está en contra. Milei dice, el mercado, el mercado, el mercado. El mercado, le reitero, es bueno para producir, pero no es bueno para distribuir. Y por lo tanto hay que complementarlo. Para eso sirve el Estado. El Estado tiene que estar presente. El Estado sirve para gobernar. Y las sociedades necesitan gobierno; gobierno democrático, gobierno respetuoso de los límites, pero gobierno. Y eso Milei no termina de entender.

Y por último digo, Milei además tiene una forma de expresarse que le quita categoría a su propio discurso. Cuando el lenguaje es malo, las ideas empeoran. El mal lenguaje determina pérdida de calidad de las ideas; aunque sean buenas ideas, dichas a los gritos y con insultos, pasan a ser ideas inferiores. Y eso es lo que está pasando.

Milei no se da cuenta que es el presidente de todos los argentinos. En el día de hoy repite sus insultos contra los periodistas. Y los periodistas son un instrumento esencial para una vida democrática. El periodismo debe ser respetado. Y seguramente hay periodistas corruptos de la misma manera que hay médicos corruptos, que hay abogados corruptos y que hay jugadores de fútbol corruptos.

Pero el hecho de que haya corruptos no invalida el valor de la actividad. Nadie elimina a la policía porque haya policías ladrones. En estos días han aparecido los diarios policías ladrones. Pero a nadie se le ocurre eliminar a la policía. A nadie se le ocurre eliminar la medicina porque hay médicos que o no saben o atienden a criminales.

Por lo tanto, pensar en decir que el Estado es una organización criminal y hay que eliminarla es una barbaridad que no tiene sentido.

Y por lo tanto, me parece que todo esto contribuye a que el gobierno de Milei sea una apuesta extraordinariamente riesgosa. Ojalá tenga éxito. Ojalá la economía argentina crezca. Ojalá volvamos a tener una buena calidad de vida. El día que la Argentina crezca y los argentinos tengamos una buena calidad de vida delante del gobierno de Milei, yo voy a festejar mi equivocación.

P: Milei no solo insulta a los periodistas, a cualquier persona que piense distinto que él, sino a presidentes de otros países; estamos ahora con un nuevo conflicto con España, lo cual no deja de ser asombroso porque imagino el rol de la canciller Mondino tratando de apaciguar todos estos frentes

R:  Ahí digo que el presidente de la República compromete el destino del país, porque ninguna Cancillería de cualquier país cuyos gobernantes son agredidos con insultos se va a olvidar de estos episodios. Lo van a notar y en algún momento se van a cobrar.

En algún momento con estos gobiernos o con los gobiernos que siguen se van a acordar de lo que dijo Milei, lo que dijo el presidente de la Argentina, no Milei, el presidente de la Argentina. Hoy Milei trata de responder a un exabrupto de un ministro español con una actitud de intervención desagradable en la política interna española porque se apoya en una acusación que recibió la esposa del presidente de gobierno Sánchez, y eso es una intervención grosera, no en la vida política de otro país sino en la vida personal de un presidente.

Hoy en declaraciones de la prensa Milei sostiene que reconoce que Inglaterra tiene las Malvinas en sus manos. Y eso no lo debe haber dicho nunca. Reconocer el hecho de que Malvinas está en manos de la Inglaterra, así como lo dijo, es insuficiente. Milei debe decir que Inglaterra está ocupando las Malvinas ilegalmente y nosotros no aceptamos esa ocupación en ningún caso. Esta última palabra no la dijo por ignorancia.

La canciller Mondino va a tener un trabajo muy grande con Colombia, con Ecuador, con España, con Brasil; con Brasil, que es el primer cliente de nuestra economía. Ella también comete errores, dice algunas cosas que no debería haber dicho. Le pasó con China, sí.

P: Creo que la mayoría de los funcionarios, por carecer de experiencia política, de pasillo, de partido político, evidentemente no tienen la experiencia hasta de qué lenguaje pueden utilizar y cuál no, y que tienen un cargo público. No son un individuo particular, sino una persona pública que nos está representando a todos.

R: Totalmente de acuerdo. Y debo agregar otra cosa. En el caso de Milei, hay una alta dosis de vanidad personal, porque él se considera autorizado a juzgar a lo demás; no veo a partir de qué mérito, ¿que hizo Milei en su vida para poder juzgar al presidente de Colombia, al presidente del gobierno español? Me parece además que se contradice notoriamente. El otro día había programado su presentación en la Feria del Libro y desistió de esa presentación porque pensó que iba a ser agredido. Si Milei es agredido, lo único que va a hacer es cosechar lo que sembró. “El que siembra viento cosecha tempestades”, decía mi abuela. Y si Milei insulta y agrede, va a conseguir insultos y agresión.

P: Doctor Casella: miremos ahora a la Argentina en el marco internacional, el cambio de alineamiento en el eje político internacional, el nuevo acercamiento y la realidad que hay hoy en Gaza con Israel, con Hamás. ¿Cómo ve usted esa situación?

R: La Argentina, a partir de la llegada de Milei al poder, ha decidido un alineamiento acrítico detrás de Estados Unidos. La defensa del mundo occidental, incluso en Davos, hace dos o tres meses, en una asamblea de empresarios, Milei intentó dictar cátedra diciendo que occidente estaba resignando su futuro al mano del comunismo.

Me parece que ese alineamiento de esa manera es un alineamiento que no va a venir bien para nadie, ni siquiera para Estados Unidos, porque el alineamiento acrítico no sirve, sirve la coincidencia, sirve marcar, pensamos aproximadamente lo mismo, vamos más o menos en el mismo sentido.

Milei tiene una actitud de rechazo absoluto de lo que considera el comunismo, el izquierdismo, y tiende tendencia a caracterizar como comunistas o izquierdistas a cualquier pensamiento disidente. Y eso es una falta de criterio, una falta de conocimiento, una falta de profundidad en el análisis, que también perjudica.

Milei también tiene una identificación con el Estado judío y con Israel, que yo respeto totalmente en cuanto a sentimiento personal. Cuando fue al Muro de los Lamentos y se apoyó sobre el Muro de los Lamentos para rezar, seguramente para rezar. Ese es un sentimiento personal que yo no estoy en condiciones de impugnar de ninguna manera. Simplemente digo que el sentimiento personal de Milei no puede convertirse en la política exterior de la Argentina, son dos cosas distintas.

Cuando Milei dice que va a trasladar la embajada en Israel a Jerusalén, está metiendo a la Argentina en un conflicto en el que no tenemos que estar de ninguna manera, de ninguna manera. Solo tenemos que estar en ese conflicto para pedir la paz, para pedir la paz.

P: ¿Qué sentido tiene esa decisión?

R: Es un tributo al gobierno de Israel, es un tributo, es una manifestación de adhesión a la política de Israel. La política de Israel es lógica cuando se defiende de la agresión. Yo no tengo ninguna duda que Israel tiene derecho a su existencia, tiene derecho a ocupar un espacio territorial que fue histórico, tradicional desde la época de la Biblia, y por lo tanto tiene derecho a estar donde está. Pero ese espacio lo debe compartir con otros pueblos que también vienen de la historia. Y por lo tanto tiene que tener la medida de la defensa. Lo que está haciendo hoy en Palestina me parece que es un exceso de defensa, es un castigo más que defensa. Lo que está haciendo Israel es tratar de golpear a Hamas en Palestina con tal fuerza que los palestinos aprendan para siempre que no tienen que pelearse con Israel.

Y eso la lleva a adoptar actitudes de exceso en términos humanitarios. Lo que le está reclamando el presidente Biden de Estados Unidos a Israel es que contenga la represión, que defienda a los civiles, no que los mate. Y por lo tanto, me parece que ese proceso tiene que ser analizado en esos términos también. Yo creo que la única salida para esto es un Estado para los palestinos y fronteras seguras para Israel.

El Estado de los palestinos debe garantizar a Israel fronteras seguras. Y ahí podremos empezar a vivir en paz.

P:  Quiero dejarle estos minutos para que usted le hable a los argentinos. ¿cuál es el mensaje que le da a la gente común para este momento delicado de la Argentina?

R:  El futuro se construye. El futuro no es el azar. No viene impuesto por las fuerzas celestiales, como dice Milei. El futuro de una sociedad se construye desde abajo para arriba. La desigualdad aumenta. La pobreza aumenta. El trabajo en negro aumenta. Por lo tanto, hay que buscar rápidamente la solución que nos involucre todos, que nos ponga todos adentro otra vez. No podemos aceptar ser un país dividido entre los que están adentro y los que están afuera. Eso es absolutamente inaceptable. Porque además así no vamos a poder vivir en paz. Cuando el país se divide, cuando la gente advierte que ha quedado afuera del sistema, su reacción es agredir lógicamente para defender lo que les queda y para volver a entrar desde donde los hincharon. Eso hay que evitarlo.

Y para eso hace falta una participación de la sociedad argentina, que le ponga límites al gobierno, a este gobierno o a cualquier gobierno. Que sepa que esos límites deben ser respetados por todos. Y que los límites se están puesto simplemente para que podamos convivir.

¿Qué es la política? La política es el arte de organizar la convivencia. Para organizar la convivencia tiene que garantizar la seguridad y la paz interior. Y para garantizar la seguridad y la paz interior tiene que haber acceso a los bienes materiales para todo el mundo. Gabriel del Mazo, un gran dirigente de la Unión Cívica Radical, un gran reformista, dijo alguna vez que debemos preservar las bases sociales de la libertad. Para que la libertad esté garantizada, la igualdad tiene que asegurar la buena calidad de vida para todo el mundo.

P: Muchísimas gracias. Ha sido el doctor Juan Manuel Casella, presidente de la Fundación Dr. Ricardo Rojas.

R: Gracias a su disposición. Buenas tardes. Gracias.

El video de la entrevista: