Por Lic. Raúl Ivancovich(*)
A un mes de la muerte de Juan Octavio Gauna, y luego de los múltiples homenajes y exaltación de sus virtudes cívicas, políticas y académicas, hubo en la mayoría de ellos una omisión –sin duda involuntaria- de una faceta de su brillante personalidad y a la que dedicó años, estudios, y una singular dedicación que queremos poner de relieve especialmente porque a él le hubiera enorgullecido.
El jurista, el académico, el Procurador General de la Nación, el Presidente de la Magistratura, el legislador y alto funcionario de gobiernos afines, y algo más, todas las semanas, durante décadas, frente a un micrófono, hacía la mejor radio en la difusión de la música de Buenos Aires, el tango, por el que sentía unas profunda pasión.
Puedo dar fe de lo que digo. Durante muchos años, en la FM Tango (hoy Las dos por Cuatro) radio de la Ciudad, conducimos juntos un exitoso ciclo (así considerado por la audiencia) que denominamos “Charlando tangos”. En otro momento posterior, en Radio Nacional, diseñamos y conducimos el programa “Argentina dos por cuatro” y en los últimos años solo, con su pasión y las fuerzas y la voz que disminuían, nos regalaba semanalmente en la radio de la Ciudad “Bien Chiqué” (del lunfardo fino, distinguido, elegante), una joya de la difusión de lo mejor del género.
Siempre me impresionó su dedicación y seriedad en la búsqueda de las mejores composiciones y jamás fue emitida una letra chabacana y vulgar de las que abundan en muchos de los 30.000 tangos registrados en el país. Era su preocupación y le dedicaba esfuerzos, escuchas como si fueran los delicados temas que como hombre y funcionario público debió opinar y resolver. También hay que decir que nunca uso los espacios para propaganda política alguna, ni ajena ni partidaria.
Esta faceta de su actividad creaba y generaba cierta confusión para algunos oyentes que preguntaban “¿Este Yuyo Gauna es el mismo doctor que preside el Colegio de la Magistratura?”
Era, en cierta medida, comprensible. Durante largos años frente al micrófono nunca fue el “juez”, o “el doctor”. Solamente Yuyo. Como anécdota ilustrativa recuerdo que estando ambos en el aire se acercó una productora que informó que estaba en el teléfono el Dr. Fulano, Juez de la Corte Suprema de Justicia que pedía hablar con el Dr. Gauna. Yuyo, sorprendido, me preguntó en voz baja si yo había hecho alguna macana. Respondí que no y entonces salió del estudio para atender el teléfono. Volvió sonriente. El juez corregía que el autor de un tango no era el que dijimos sino un hijo del mismo nombre.
Días de radio. “Mi cable a tierra” decía una y otra vez. Tantas como otra que repetía – pero jamás en sus programas- en otros ámbitos más abarcadores “Si la política no sirve para mejorar la vida de la gente no sirve para nada”.Entre uno y otro extremo dictó su mejor cátedra de vida.
(*) El Lic. Raúl Ivancovich es Periodista y Sociólogo.